El objetivo del Protocolo de Gestión de Faltas a la Integridad Académica es que el estudiantado mejore su práctica académica. Para ello, es importante que a lo largo de las distintas etapas la o el estudiante que se ve involucrado en un caso pueda reflexionar entorno a la situación, comprender que cometer actos de deshonestidad académica solo afectan su propio proceso de aprendizaje y formación, además de comprometerse de manera genuina a no volver a cometer una falta a la Integridad Académica.

Para el logro de dichos objetivos son fundamentales las distintas etapas del protocolo: la elaboración de una carta de reflexión por parte del estudiantado, la instancia de entrevista orientada desde el diálogo y la empatía, y la asignación de la actividad formativa vinculada al fortalecimiento de habilidades.